Cultivo de Marihuana Autofloreciente en Exterior en Invierno

Bartolo Invernadero 30 Mar 2017 0 Comentarios 6 min
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Iniciar un cultivo de autoflorecientes en exterior en invierno es algo que a todos nos gustaría hacer. Sin embargo no siempre es factible, ni está al alcance de todos.

Lo más normal y aconsejable es cultivar en exterior en periodo estival cuando todas las condiciones son más propicias para ello. El ciclo vital lógico de la marihuana en exterior se inicia en primavera y termina a finales de verano.

Incluso en zonas tropicales donde las temperaturas y disponibilidad de luz solar varían poco a lo largo del año, hay temporadas más favorables que otras para cultivar. Saber cuando plantar marihuana es imprescindible para planificar adecuadamente un cultivo en exterior.

En climas templados (o más fríos) como los que hay en Argentina, Chile y España el invierno no es la mejor época del año para cultivar marihuana en exterior. Aún así el cultivo de variedades autoflorecientes es viable en pleno invierno.


  
Aprovechar las cualidades de la marihuana autoflorecientes es fundamental para sacar adelante con éxito un cultivo en exterior en invierno. Pero además de volcarnos en las autoflorecientes, habrá que tener muy  en cuenta los factores (luz, temperatura y humedad) decisivos para desarrollar un cultivo.

Cualidades de las Variedades Autoflorecientes



Aunque muchos ya las conocéis, no sería adecuado por mi parte el presuponer que todo el mundo sabe lo que son las semillas autoflorecientes y cuales son sus características más estimables. Estas variedades tan especiales disfrutan de unas cualidades que curiosamente han demostrado sobradamente ser interesantes para realizar un cultivo en exterior fuera de temporada.

Por un lado son resistentes a las bajas temperaturas. Propiedad heredada de su variedad progenitora "ruderalis".

Si por casualidad lo de "ruderalis" os suena a chino os emplazo a empaparos sobre los distintos tipos de marihuana - Indica, Sativa y Rudelaris. Otra cualidad que nos vendrá muy bien es que no son fotodependientes.

A diferencia de las fotodependientes las variedades autoflorecientes se desarrollan y florecen con total independencia de las horas de luz y oscuridad. De forma automática (de ahí viene lo de autoflorecientes) a las 3 o 4 semanas comienzan a florecer sin tener en cuenta la época del año en la que estemos.

La tercera y no por ello menos atractiva cualidad es que son de crecimiento y floración rápidas. De tal forma que el vínculo entre estas tres particularidades las hacen muy buenas para cultivarlas a lo largo de todo el año.

Factores a Tener en Cuenta



Ahora que ya hemos desgranado las singularidades que convierten a las autoflorecientes en candidatas inmejorables para cultivar en exterior en pleno invierno, disertamos a cerca de los distintos factores a tener en cuenta antes de planificar un cultivo de marihuana en exterior y en pleno invierno. Las condiciones varían bastante en función de donde nos encontremos ubicados.

No es lo mismo estar enclavado en una zona costera o con clima invernal suave, que tener que soportar la crudeza de un gélido clima de las zonas del interior. En cualquier caso los factores a tener en cuenta son los siguientes:

Temperatura



Todo el mundo sabe que el frío y las plantas de marihuana no se llevan especialmente bien. Así que tendremos que controlar la temperatura en un nivel apto para realizar el cultivo de marihuana.

La mejor forma de hacerlo es mediante un sencillo invernadero de plástico. Preferiblemente orientaremos el invernadero hacia el sur y resguardado de los vientos de componente norte.



No hay que gastarse un dineral para comprar un invernadero. Simplemente con un buen plástico para invernaderos y un poco de imaginación lo sacaremos adelante.

Es preferible que se adapte al tamaño de nuestras plantas en la medida de lo posible. Fijaos lo que es la cosa, una diferencia de tan sólo tres grados enseguida es percibida por las plantas.

El invernadero aislará las plantas de marihuana del exterior y estabilizará la temperatura interior. De esta manera estarán resguardadas de posibles heladas, vientos y demás inclemencias.



En climas realmente fríos puede ser necesario (puntualmente) el utilizar algún pequeño sistema de calefacción para complementar la acción del invernadero. Aprovechar el calor que se genera al hacer compost casero, o sacar partido de una cama caliente son algunas ideas que más de uno ya puesto en marcha.

Luz



Las variedades autoflorecientes no son esclavas del fotoperiodo, pero si agradecen la disponibilidad de luz. Dado que es un cultivo en exterior prescindiremos de focos y bombillas, aprovechando al máximo la luz natural.

Lo que si os recomiendo es el evitar cualquier posible contaminación lumínica ajena al cultivo. La luz de una farola o similar puede causar un gran estrés y volver locas a las plantas.



Más vale prevenir que curar. Luego no digáis que no os avisamos.

Sustrato y Abonos



Con respecto al sustrato a utilizar os diré que el único consejo a seguir en este caso es el emplear sustrato de la mejor calidad posible. Con independencia de si el culivo se realiza en tierra madre o en macetas, si queremos que las plantas respondan de forma recíproca hay que procurarles todo lo mejor.

En relación con los nutrientes pasa exactamente lo mismo. Controlando minuciosamente la dosis a fin de evitar posibles excesos.

Como sugerencia yo utilizaría fertilizantes y estimulantes biológicos. Ya que la cosecha no será muy cuantiosa, por lo menos preservaremos la calidad.

En la fase de floración pondremos especial hincapié en que las plantas no estén faltas de nutrientes. Mucho más énfasis que el que pondríais en un cultivo veraniego.

Siempre se puede poner en práctica alguna de las recetas de fertilizante orgánico para floración más usuales. No os defraudarán.



Riego



Realizaremos los riegos con mesura. En condiciones invernales es preferible que el riego esté algo escaso.

Cuando hace más frío las plantas requieren menos agua. Menos cantidad y más espaciado.

Otros



La humedad deberá estar dentro de unos umbrales tolerables. Más cuando el invernadero tiene a las plantas confinadas.

Un exceso de humedad puede desencadenar la proliferación de oidio y otros hongos. Y ya no digamos el daño que una plaga de insectos podría hacerle a nuestras plantas.

Así que estad vigilantes y atentos. A la más mínima poned los medios necesarios.

Hay quien en ocasiones aplica un fungicida de forma preventiva. No estaría mal hacerlo, pero cada cual según sus gustos.

Para prevenir los insectos no utilizaremos producto alguno. Las bajas temperaturas del exterior y un vistazo al interior serán suficientes.

De vez en cuado será necesario el ventilar algo el invernadero. Algo que también puede hacerse dotándole de un sistema de ventilación automático.

Producción y Conclusiones



Realizar un cultivo invernal en exterior además de apetecible y factible es realmente interesante. No voy a engañar a nadie diciendo que la cosecha (aún con autoflorecientes) será equiparable a una realizada en verano, porque no lo es.

En cualquier caso el comportamiento y la producción, siempre y cuando se cuiden y respeten los detalles, pueden ser aceptables.  
Con la simple ayuda de un invernadero sacaremos adelante una producción menos generosa.

Los cogollos no se expandirán tanto como de costumbre, ni serán tan densos. Presentando en la mayoría de los casos una mayor presencia de pequeñas hojas en los cogollos, así como variaciones en el fenotipo.

De todos modos serán muy apetecibles. En líneas generales podemos decir que la producción disminuirá con respecto a lo que se considera habitual para esas mismas variedades, pero no todo son inconvenientes.

Las variaciones en el fenotipo que a priori tendrían que ser todas negativas, sin embargo dan lugar a una peculiaridad en ocasiones deseada. Unos cogollos menos densos y compactos, junto con una mayor producción de resina y los tricomas muy desarrollados (como consecuencia de las bajas temperaturas), convertirán a la cosecha en excepcional para extraer resina.

La planta desarrolla unos tricomas más grandes como mecanismo de autodefensa contra el frío. Simplemente intenta protegerse de él a su modo.

Siendo perfectos para realizar concentrados y en especial hachís. Así que si queréis realizar una extracción de hachís con una camiseta no encontraréis mejor ocasión.

La otra peculiaridad positiva que el frío produce es que los aromas, colores y sabores de la planta y sus cogollos se intensificarán hasta el punto de convertirse en embriagadores. Cristalizándose en un espectáculo para los sentidos.

La frescura exacerbará las tonalidades moradas, rojas y azuladas. Saldrá a la luz una gama de colores nunca antes vista.



La satisfacción y el disfrute de consumir estas flores no tiene parangón. Llegando al punto de que esa misma variedad en condiciones mejores de cultivo no sería capaz de deleitarnos con similares exquisiteces.

 

Sólo me resta animaros a realizar un cultivo en exterior en pleno invierno. Veréis como merece la pena.


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