Aplicación foliar de los fertilizantes

Anonimous Riego y nutrientes 30 Nov -0001 0 Comentarios 4 min
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Antes de empezar, decir que la aplicación de los fertilizantes, tanto en otros medios de cultivo como en el uso de fertilizartes por via foliar, tiene límites que estan relacionados con las concentraciones en salinas de los propios fertilizantes, por lo tanto, también debemos tener en cuenta estos limites en las disoluciones resultantes, tanto en el medio de cultivo como sobre la superficie foliar.

Cuando estamos cultivando en suelo o sustrato (en forma de macetas habitualmente), si tenemos una concentración excesiva en nuestra disolución resultante nos puede originar un problema, y es que la presión osmótica en el medio de cultivo se haga muy pequeña, lo que por consiguientes causaria que se puedan alcanzar valores incluso inferiores a los ya existentes dentro de las raíces. Cuando se nos presenta este hecho, se invierte la circulación del agua, pasando de las raíces a su exterior, y por esto, las raíces llegan a morir. Es lo que normalmente conocemos como raíces quemadas por los fertilizantes.



Dicho todo esto, sólo nos queda subrayar que en los medios de cultivo hemos de ser conscientes de no superar los límites de concentración. Para medir estos límites y tener controlada nuestra solución, utilizaremos un conductímetro y una muestra de la disolución del medio de cultivo. Para finalizar hemos de recordar que el aumento de la concentración se puede producir por otro medio además del exceso de fertilizante, por la acumulación de las sales que lleva el agua de riego “normal”.

Analizando las fertilizaciones foliares nos encontramos con algo muy parecido: Las sales que contienen los fertilizantes foliares pueden, como en los casos que vimos anteriormente, producir la extracción del agua del interior de las células de las hojas. Por este motivo, igual que señalábamos anteriormente se produce el fenómeno de las “hojas quemadas”. De igual modo habremos de ser cautelosos al utilizarlos y adecuar la disolución sin sobrepasar los citados límites.

En relación a los fabricantes de fertilizantes para el medio de cultivo hay tanto los que recomiendan dosis excesivas como los que recomiendan usos más prudentes y seguros. Lo lógico es que en caso de desconocer el producto, comencemos aplicando dosis más pequeñas, por ejemplo la mitad de lo recomendado por el fabricante, siempre adecuándolo a nuestro medio y a nuestra planta.

Curiosamente con los fertilizantes foliares habitualmente no tendremos este problema, pues las dosis recomendadas son más seguras y están mas ajustadas a la realidad.

Una gran ventaja de estos últimos fertilizantes, además de su indiscutible rapidez de actuación, es la posibilidad de forzar a la planta a su nutrición foliar, a pesar de que tengamos el medio de cultivo con una alta concentración de fertilizante. Esto sucede porque aunque estemos hablando de una sola planta, el sistema radicular es independiente de el “entorno de las hojas” en lo que se refiere a fertilizaciones de cada área. Esto responde a la pregunta de si se puede fertilizar las dos zonas a la vez, sí, se puede siempre que respetemos los límites de cada una de las zonas.



En cuanto al aplicado del fertilizante foliar, podemos obrar de dos maneras.

1- Aplicando poco líquido por lo que éste no gotea. De este modo se queda en la hoja, se va secando, y así la hoja va absorbiendo parte del fertilizante. Si en un periodo corto de tiempo, se efectúa otra aplicación encima de la aplicada anteriormente, las sales de la segunda se sumarán a las que quedan de la primera. Hemos de tener cuidado aquí pues si esto sucede se nos “quemarán” nuestras preciadas hojas.

2- Aplicando abundante líquido, y por ende, éste gotea. El líquido sobrante arrastra las antiguas sales, además del polvo superficial de la hoja. Con este método es menos probable la producción de quemaduras en las hojas, pues como ya hemos comentado, arrastra las antiguas sales, teniendo así un control más exacto de nuestro medio de cultivo.

Podemos perfeccionar cualquiera de los dos métodos efectuando unas simples nebulizaciones de agua sola a los días posteriores a la aplicación del fertilizante foliar.

Esto lo realizaremos con el fin de proporcionar una humedad alta. Estas nebulizaciones hemos de hacerlas sin que el agua gotee arrastrando las sales depositadas sobre las hojas, el objetivo de este proceso es disolver de nuevo el fertilizante para facilitar su absorción, no eliminarlo.



Un perfeccionamiento de cualquiera de los dos casos consiste en efectuar unas nebulizaciones de agua sola en los días siguientes a la aplicación de fertilizante foliar con el fin de proporcionar una humedad alta. Esas nebulizaciones se hacen sin que el agua gotee arrastrando las sales depositadas sobre las hojas. Con esta aplicación de agua lo que buscamos es disolver de nuevo el fertilizante, facilitando su absorción, no eliminarlo.

En caso de que seáis más temerarios y apliquéis fertilizante foliar cada pocos días, digamos 2 ó 3 días, lo conveniente sería rociar con abundante agua previamente a las aplicaciones del fertilizante foliar. Esto, como ya os imaginaréis, lo hacemos con el fin de arrastrar los restos de fertilizante que puedan quedar de la anterior aplicación. Aún así advierto de que esto es más bien un desperdicio de nuestros productos, de nuestro trabajo, y de nuestro tiempo, si bien es un buen ejemplo para entender el comportamiento de las aplicaciones foliares.

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