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Germinación de las Semillas

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La fase de germinación de una semilla da comienzo cuando es expuesta a humedad, calor y aire, lo que provoca que las hormonas internas se activen, iniciando así una de las fases más delicadas del cultivo.

Las auxinas se ocuparán de regular el crecimiento vegetal en la planta. Las giberlinas aumentarán la elongación celular facilitando a las raíces el difícil trabajo de atravesar las resistentes cáscaras de las semillas. Por último, la citoquinina es la encargada de que las células vegetales sean transformadas en otros tipos de célula específica para formar así un órgano en particular como raíces, hojas o flores.
Gracias al trabajo de las hormonas y a las reservas de alimentación almacenadas en los cotiledones la raíz comenzará a expandirse.

Ahora que ya sabes en qué consiste el proceso de germinación de una semilla, podrás entender más fácilmente los diferentes pasos de nuestro método.

Necesitas cualquier recipiente que puedas tapar o cubrir y que sea opaco. Nosotros solemos utilizar platos. Coloca un poco de papel en la base del recipiente y lo humedeces, no hace falta que quede encharcado, solo húmedo. Coloca las semillas sobre el papel, asegúrate de que estén bien marcadas si
dispones de diferentes variedades, parece una tontería pero revisarlo te ahorrará muchos problemas y confusiones en el futuro. Cogemos otro trozo de papel y cubrimos las semillas. Una vez cubiertas, humedecemos este papel y procedemos a cubrirlo con la tapa.

Ya tenemos los tres elementos en este recipiente, humedad, calor y aire. Ya podemos ocuparnos de controlar la temperatura, entre 21 y 30 grados centígrados, aunque la temperatura óptima es 25ºC. Temperaturas mayores a 31ºC perjudicarán la germinación y seguramente quemarán tus raíces. Te recomendamos que dispongas de un controlador de temperatura para tu zona de germinación. Si has seguido todos los pasos, empezarás a ver muestras de germinación entre 24 y 72 horas.

Si tu recipiente es translúcido asegúrate de dejarlo en un lugar oscuro. El principal enemigo de las raíces es la luz. Mucho cuidado, las raíces siempre tienen que estar blancas, impolutas. Si pasan muchos días y no has controlado bien la fase de germinación, puedes encontrar raíces largas y seguramente con las puntas marchitadas, debido a un exceso de aire. Tu cultivo se verá ralentizado. Intenta estresar lo mínimo posible las raíces, te lo agradecerán.

MandangaSeeds

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